La Unión Europea denunció este sábado la decisión de Nicaragua de poner fin a la misión del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU (OHCHR) en el país y esperó que las autoridades "tengan en cuenta las conclusiones del informe" del organismo.
La cancillería nicaragüense había anunciado el viernes que daba "por concluida la invitación" a la misión de la ONU, que dos días antes había emitido un duro informe sobre abusos contra manifestantes antigubernamentales.
El gobierno del presidente Daniel Ortega lo consideró una "extralimitación" de las facultades de la entidad, que este sábado abandona el país centroamericano.
"La decisión del gobierno de Nicaragua [...] va en contra de la aspiración de una rendición completa de cuentas por las violaciones de derechos humanos y de buscar justicia para las víctimas de la violencia", dijo en un comunicado la vocera de la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini.
"Esperamos que las autoridades tengan muy en cuenta las conclusiones del informe publicado por el OHCHR y tomen medidas urgentes para implementar las recomendaciones del reporte", señala el comunicado.
La UE reclama "especialmente el desmantelamiento y desarme de grupos progubernamentales, detener todos los arrestos ilegales y la liberación de todos los que fueron detenidos arbitrariamente" e insiste en que "solo un diálogo inclusivo sobre justicia y democracia permitirá una solución pacífica a la crisis".
Más de 320 personas murieron, 2.000 resultaron heridas y hay una cantidad no precisa de detenidos y desaparecidos desde el inicio de las protestas contra la administración de Ortega en Nicaragua, en abril
Ortega, de 72 años y con 11 en el poder, refutó duramente el informe de la ONU el miércoles y acusó al OHCHR de ser "un instrumento de políticas de terror, mentira e infamia".